La Plaza Mayor de Griñón fue el epicentro de una reivindicación histórica el pasado 26 de octubre, cuando 31 alcaldes de municipios del suroeste de Madrid y del norte de Toledo, unidos bajo el lema «Queremos tren, queremos futuro», solicitaron al Ministerio de Transportes la ampliación de la línea C-5 de Cercanías hasta la localidad de Griñón. Esta demanda, planteada por primera vez en 2006, sigue siendo una prioridad para los habitantes de la región.
Una demanda largamente pospuesta
El alcalde de Griñón, José María Porras, recordó que en 2009 el Ministerio de Transportes incluyó la construcción de una estación de tren en los presupuestos generales, pero el proyecto nunca llegó a realizarse. La ausencia de avances concretos ha generado frustración en los municipios afectados, que consideran que esta infraestructura es crucial para mejorar la movilidad en la zona.
«La ampliación de la línea C-5 no solo beneficiará a Griñón, sino también a toda la comarca de La Sagra, una región que ha experimentado un importante crecimiento demográfico en las últimas décadas», destacó Porras.
Un impacto positivo en la movilidad y el medio ambiente
La extensión de la línea C-5 hasta Griñón, e incluso más allá, hasta Illescas (Toledo), mejoraría significativamente la conectividad para miles de residentes. Actualmente, la autovía A-42, principal vía de comunicación entre estas localidades y Madrid, sufre problemas de congestión, especialmente en horas punta.
La ampliación también tendría un impacto positivo en el medio ambiente, al reducir las emisiones de CO2 derivadas del uso intensivo de vehículos particulares. Según los estudios preliminares, la nueva infraestructura podría descongestionar el tráfico en un 20% y fomentar el uso del transporte público.
Respaldo institucional desde Castilla-La Mancha
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, celebró la inclusión de la extensión de la línea C-5 hasta Illescas en el Plan de Cercanías presentado por el Ministerio de Transportes. Sin embargo, García-Page solicitó que se contemple también una parada en Seseña, otro municipio en pleno crecimiento que carece de conexiones ferroviarias adecuadas.
“Esta infraestructura es esencial no solo para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos, sino también para impulsar el desarrollo económico y social de La Sagra,” afirmó García-Page, quien se mostró optimista sobre los avances futuros.
El futuro de una región en expansión
La falta de infraestructuras de transporte adecuadas ha sido una de las principales barreras para el crecimiento sostenible de La Sagra. La ampliación de la línea C-5 se presenta como una solución viable y necesaria para responder a las necesidades de una población en aumento.
Los alcaldes y ciudadanos de la región esperan una respuesta positiva por parte del Ministerio de Transportes, confiando en que la movilización conjunta y el respaldo institucional logren finalmente poner en marcha este proyecto largamente anhelado.
Por ahora, la demanda sigue en el aire, pero el mensaje de “Queremos tren, queremos futuro” resuena más fuerte que nunca en Griñón y sus alrededores.